RECORDANDO LAS VACACIONES

Durante el telediario de ayer vi una noticia que hablaba de la ocupación hotelera que había habido durante estas vacaciones de verano. Inmaginaros, típica imagen de la playa y un primer plano de una familia donde cada miembro pesa más de 80 kilos y pasan su día tomando cervezas y comiendo tortillas, completando la imagen, los niños pequeños pegando gritos y correteando alrededor del grupo.

Me di cuenta que es la primera vez en mi vida que no he ido a la playa a bañarme, ni a echar pestes porque quema la arena, o porque no hay manera de que me ponga morena...(ya puedo estar todo el verano cual lagartija que yo lo máximo que alcanzo es, quemarme para luego pelarme...nada de moreno posterior)

En fin, pensando en todo esto, me acordé de como eran las vacaciones con mis padres cuando ibamos a la costa. Por la mañana a la playa, mi padre se escaqueaba porque no soporta estar bajo el sol, e igual que a mi, le resulta más insoportable aún, la arena del mar. Por la tarde siesta y piscina, y por la noche, hippies...(mercadillo nocturno en paseo marítimo) y helado....

Mamá: yo quiero helado de turrón.

Maria Ángeles: Yo quiero uno de pistacho, en tarrina, que el cucurucho se me deshace.

Papá: Rosa, ¿tú que quieres?

Rosa: ¡Yo quiero este!

Mamá: Rosa, por favor, si no te lo vas a comer...

Rosa: Que si mamá, que sí me lo como...

Papá: Deja a la niña q se lo pida, yo no me pido nada que se que lo va a dejar.

Rosa: ¡Que si me lo como!

(Traen los helados...empezamos a comer)

Rosa: Papá......, ya no quiero más

Papá: Lo ves, si es que siempre comes con los ojos....

Y así verano tras verano, repetíamos siempre la misma postal veraniega...