Ufff, que duro se me hace todo esto, empieza el mundial de fútbol en Alemania, y bueno empieza en mi Munich, y yo en Madrid muerta de calor con el proyecto de las narices, todo el día en casa, menos mal que me voy al gimnasio todos los días a desconcectar un poco...sí amigos blogger, soy una auténtica deportista de indoor, jejeje..Pues eso, que si la selección ha llegado a Alemania, que lo reporteros están todos en Munich, que si vamos a las Hofbräuhaus a tomar una cerveza, que si el fanfest del Olympiapark...os aseguro q me dan unas ganas de coger un avión y plantarme allí..Asi que hoy para celebrar el comienzo del mundial, o voy a pasar un artículo que escribí yo sobre el nuevo estado de Munich, el Allianz Arena, oye amiguitos, que lo publiqué y todo...a ver q os parece. Espero q no se os haga muy coñazo!!!
En cada Mundial, una de las mayores expectativas está puesta en los estadios del país organizador, en sus construcciones y en las nuevas tecnologías aplicadas. Como si se tratara de un campeonato paralelo, cada país organizador intenta superar al anterior. Japón y Corea aunaron esfuerzos para crear un exclusivo concepto de espacio deportivo que combina un estadio al aire libre y otro cubierto, con un césped fácilmente renovable y adecuado para albergar todo tipo de eventos que requieran grandes aforos, tales como exposiciones, ferias, conciertos de pop y otros eventos multitudinarios. Esta versatilidad convierte al estadio en un modelo de alta rentabilidad económica. El objetivo de Alemania para este Mundial es de disponer en sus sedes de los mejores y más modernos estadios del mundo, utilizando para ello nuevos elementos tecnológicos de última generación. El Allianz Arena ha conseguido ser el paradigma de esta edición.
Situado en la ciudad de Munich, el nuevo estadio diseñado por los arquitectos suizos Jacques Herzog y Pierre de Meuron, reemplaza en uso al mítico estadio Olímpico proyectado por Frei Otto para las olimpiadas que se celebraron en la ciudad bávara en 1972. Su llamativa fachada hecha de 26 000 m2 de luz coloreada le ha supuesto al nuevo Allianz Arena los calificativos de “OVNI” o de “neumático flotante”. Gracias a su fachada, el estadio ha conseguido no pasar inadvertido el día de su inauguración en el pasado mes de Mayo, cumpliendo así el cometido de sus arquitectos; “La arquitectura es una oportunidad para crear formas, por eso jugamos con las posibilidades de materiales que no pertenecen al mundo de la construcción, y pretendemos que el público se sorprenda una y otra vez observando la obra”.
La razón por la que el nuevo Allianz Arena se ha convertido en la insignia de la próxima Copa del mundo es la utilización en la construcción de su fachada del politetrafluoroetileno de teflón (ETFE), un termoplástico creado para la arquitectura naval que está siendo una revolución como material constructivo debido a su ligereza y durabilidad. El ETFE es el elemento protagonista en la arquitectura del nuevo estadio, con 2874 paneles romboidales que envuelven el óvalo completo desde la base hasta el techo. Inflados bajo una presión constante de 0,035 bares por medio de ventiladores mecánicos, los paneles crean la envoltura más grande del mundo realizada con este material. Más de mil de estos paneles están iluminados con cien kilómetros de cable, coloreando la fachada en tres posibles tonos(rojo, blanco o azul), tanto de forma monocroma o bien creando distintos dibujos bicolores en bandas o en rombos, según el partido que se dispute en el interior, porque otra de las peculiaridades que tiene este proyecto es su fisonomía bipolar. Los dos equipos locales y rivales, el FC Bayern (rojo) y el TSV 1860 (azul) comparten estadio, aunque sería mejor decir que el Allianz Arena son dos estadios en uno, ya que se encuentra tan escindido como las pasiones rivales: la zona Norte corresponde al Bayern de Munich, y la zona Sur al TSV 1860, ambas con sus respectivos vestuarios, áreas de precalentamiento, e incluso con sus propios restaurantes y tiendas para sus seguidores.
No todos los detalles de este coloso se quedan en su aspecto externo. En su interior, el estadio se divide en siete pisos y en tres bandejas para los espectadores. El acceso a ellas se realiza a través de quince escaleras, que presentan doble curvatura en el plano vertical y en el horizontal, y que van enroscándose alrededor del estadio, distribuyéndose a modo de túneles oblicuos que atraviesan todos los niveles, y que permiten recorrer de un solo vistazo desde la primera hasta la séptima planta. Respecto a las gradas, el lugar más importante del fútbol después del campo de juego, Herzog resume su ubicación en este proyecto haciendo una comparación con los patios de butacas que contaban los escenarios shakesperianos, donde el público estaba situado muy cerca de la acción .Por este motivo, las tribunas comienzan su recorrido ascendente desde los 24º a los 34º de inclinación apenas a 7 metros del campo de juego. Sus asientos, de un gris neutral que cambia de color con el refleja de la fachada exterior, se han colocado manualmente uno a uno para orientarlos adecuadamente en cada rincón ovalado del estadio.
La zona norte de Munich se caracteriza por ser de las más tranquilas de la ciudad. Horas antes de cada evento deportivo, la zona parece despertar cuando los seguidores se desplazan hacia el estadio. La explanada que rodea al estadio esconde bajo ella el mayor edificio de aparcamiento de toda Europa - que desde el exterior sólo se percibe por los laterales abiertos y los patios de luces -, con plazas para 10000 vehículos. Sin embargo, nada impide ver el estadio; situado entre las dos autopistas más importantes que pasan por la ciudad, el Allianz Arena se eleva de manera narcisista para enfatizar el protagonismo que ya por si mismo tiene sobre una montaña artificial, un pedestal para la que pretende ser la construcción más importante de la ciudad. El que ya es el estadio más caro del Mundial, no sólo va a usarse para eventos deportivos. Bajo la estructura de la parte superior, aparece un nuevo techo corredizo bajo la acción de 51 motores que, además de adaptar el estadio a las bajas temperaturas, permite el uso del estadio como espacio polivalente. De este modo, además de poder rentabilizar los más de trescientos millones de euros que ha costado el proyecto-más de un quinto del presupuesto para todo el mundial-, se podrá proyectar la imagen de la ciudad de Munich a todo el mundo. Esta publicidad implícita explica el interés de las compañías más importantes de Baviera en participar en este proyecto. El Allianz Arena se podría describir como de genuinamente bávaro; desde la compañía de seguros que da nombre al estadio, hasta la empresa que suministra el propio ETFE para las membranas de la fachada, pasando por todas las empresas que participan en el proceso de construcción. El estadio es tan oriundo como la Oktoberfest, la famosa feria de la cerveza que atrae a más de seis millones de personas en cada edición, y que hasta ahora ha sido el estandarte de la ciudad.
El nuevo Allianz Arena es el icono más atractivo del próximo mundial, un estadio lleno de peculiaridades que van más allá de la imagen de su fachada neumática. Sus arquitectos resumen su diseño como, “una interpretación innovadora y futurista de un escenario futbolístico, con una fachada que actúa como superficie de proyección y lo envuelve en un calidoscopio de colores que le confiere un aura casi mágica”. La nueva imagen por la que apuesta la ciudad de Munich tendrá su puesta de gala el próximo 9 de Junio de 2006, día en el que el estadio albergará el partido inaugural del Mundial de Fútbol de Alemania.
